Wednesday, April 11, 2012

Comida típica
Para V
Vivo en la meca de la inmigración latinoamericana: Miami.

Viniendo de Bogotá, donde las colonias internacionales están conformadas por muy pocas familias, encontrarme con una ciudad llena de puertorriqueños, dominicanos, peruanos, bolivianos, venezolanos, etc., fue toda una experiencia.

Puedo profundizar en miles de aspectos, como las distintas formas de vestir de las colonias, sus costumbres, música o folclor, pero me centraré en uno de los aspectos que más me han llamado la atención: La comida.

En Bogotá un restaurante peruano promedio es un lugar exclusivo, de platos suculentos, decoración puneña, música andina y precios elevados. En Miami he visto restaurantes peruanos de ese tipo, pero también los hay familiares, en los que el papá es el cocinero, la mamá es la administradora y los hijos, los meseros. Comida típica, pero hogareña. Lo mismo pasa con restaurantes tradicionales de otros países.

He tenido el privilegio de comer en restaurantes peruanos, mexicanos, bolivianos, nicaragüenses, venezolanos y argentinos, entre otros, atendidos por sus respectivos propietarios, oriundos de esas tierras.

Visitando esos restaurantes y hablando con mis amigos me he dado cuenta de que la comida típica de los países se suele resumir a uno o dos platos típicos. Como resultado de esas experiencias he notado que los estereotipos, tan populares en Miami, también se ven en la cocina internacional.

Las conclusiones son terriblemente simplistas. Los argentinos comen carne. Los peruanos, ceviche. Los mexicanos, tacos. Los cubanos, cerdo con arroz y frijoles (frijoles. No fríjoles). Los venezolanos, arepas rellenas.

- Y los colombianos, bandeja paisa-, me dijo un amigo chileno, segurísimo de su aseveración, apurando un trago de whiskey.
- Bueno, es cierto que es un plato típico, pero pertenece sobre todo a la zona cafetera-, le expliqué.
- ¿Ah sí? ¿Y en Bogotá qué comen?-, preguntó otro amigo venezolano.
- En el centro del país son muy populares las sopas, como el ajiaco o el sancocho. Pero tampoco son la comida típica más representativa del país.
- ¿Y entonces cuál es?
- No sé. Depende de la región. En la costa, el pescado. En los llanos, la ternera. En el valle, la chuleta de cerdo. En la zona cafetera, la bandeja paisa. En Bogotá, el ajiaco.
- ¿Pero entonces cuál es? ¿Cuál es el plato típico de los colombianos?

No supe qué contestar. Nos enfrascamos en una conversación repetitiva, hasta que se nos acabaron las dos botellas de whiskey. Nos tambaleamos por el centro de Miami hasta un popular restaurante colombiano, abierto hasta altas horas de la madrugada, y nos sentamos a tratar infructuosamente de enfocar el menú.

- ¿Sabe cuál es la mejor comida típica colombiana?-, dijo el chileno, con un acento mareado por el alcohol.
- ¿Cuál?
- La hamburguesa.
- ¡¿Qué?!-, grité, ofendido. Pensaba en mi próximo argumento en defensa de las tradiciones de mi país, cuando habló el venezolano.
- Es cierto. La hamburguesa y el perro caliente-, estupefacto e indignado, decidí guardar silencio. La explicación que se venía no era una opinión nacionalista, sino la experiencia de dos extranjeros en Miami con la comida típica colombiana.
- Cada vez que salimos a beber y terminamos así de borrachos-, comenzó el chileno-, no vamos a McDonalds o Taco Bell. Vamos a un restaurante colombiano, porque tienen las mejores hamburguesas y perros calientes para borrachos del universo.

Mirando a la mesa, jugando con la botella vacía de una Cerveza Águila y después de escuchar atentamente cuarenta minutos de explicaciones, aderezadas por las opiniones de los borrachos de las mesas aledañas (un cubano, dos nicaragüenses, un puertorriqueño y dos hermanas guatemaltecas), no tuve más remedio que aceptar la cruel realidad: Los colombianos somos reconocidos por la comunidad internacional de Miami por tener las mejores hamburguesas y los más suculentos perros calientes para borrachos.

Esa madrugada pedí uno. Un perro caliente descomunal, con chorizo, tocino, huevos de codorniz, queso, papitas y muchas salsas. Me sentí como en Bogotá. A la mañana siguiente estaba como nuevo.

2 comments:

Carlos Silva said...

Amigoooo, buen post... el viernes me comeré un perro vulgar de lo descomunal en la 116 con suba en tu honor!!!!

Alex said...

Ayyy que risa hombre, pero es verdad, soy de Nueva York y cada vez que viajo a Miami utilizo a TalkTo para encontrar los mas deliciosos perros calientes colombianos, y porque no una buena sobrebarriga, un calentao o una changua bien rica y todo esto lo hago a través de mensajes de texto, ahorro dinero en llamadas y como mas comida colombiana.