Wednesday, July 14, 2010

Cinco

Hace unos ocho años, cuando apenas comenzaba mi vida laboral, tuve el infortunio de trabajar en una editorial de garaje, esas cuyo gerente no ha pisado una universidad. Fueron cuatro meses de tortura en los que me inventaba cualquier cantidad de juegos para matar el tiempo, mientras desocupaban el único computador asignado al equipo editorial.

La oficina quedaba en la Avenida Caracas, una de las calles más emblemáticas de la capital colombiana, más o menos por la calle 63. La zona se caracteriza por la gran cantidad de vendedores ambulantes, casas de cambio, restaurantes improvisados y clubes clandestinos.

Estos últimos constituyen los centros de comercio más publicitados de la Caracas. Por donde uno camina le entregan tarjeticas de presentación con textos como: Cinco servicios por 20 mil. Cincuenta mujeres casi vírgenes. Sólo menores de 20. Domicilios 24 horas. Déjese atender.

¡Qué tal! Cinco servicios por 20 mil (unos 10 dólares).

Las tarjetas se las entregan a todos los hombres que transitan el sector, y si uno pasa por la entrada de uno de los burdeles corre el riesgo de ser perseguido por un mozalbete vomitando un discurso repetitivo, reiterativo, incisivo… “Chicas, chicas, chicas, siga sin compromiso”.

Un momentico. ¿Cinco servicios por 20 mil?

Yo opté por otorgarles valor a las piezas publicitarias. Las guardaba en un tarjetero, como si fueran “monas” coleccionables, desechaba las repetidas y organizaba las láminas alfabéticamente. Un par de amigos me ayudaron en el proceso. Se podría decir que llenamos el álbum.

¿Cómo? ¿Cinco servicios por 20 mil? No puedo ser el único que se haya quedado pensando en el tema. ¿Cinco? ¿Por 20 mil?

Hagamos el ejercicio. Cuenten con los dedos los posibles servicios, en orden de importancia, siendo el uno el más básico. Creo que pagar 20 mil pesos por los tres primeros es una ganga, pero incluir el cuarto ya suena sospechoso. Nadie incluye el cuarto si no hay amor en la relación. No sé, me suena a engaño, a que el cuarto debe ser una muestra gratis del servicio completo.

¡Y el quinto! ¿Qué decir del quinto? No hay quinto malo. Incluirlo como oferta ya es osado, y cobrarlo en un paquete tipo combo, otorgándole la quinta parte de un precio irrisorio, es degradarlo. ¿Será que sí incluyen el quinto como servicio completo?

Igual, me quedé con la duda. Todas las tarjetas cumplieron funciones asociadas a la filatelia. Espero que algún día su valor crezca y venda mi álbum por muchos millones. El tiempo lo dirá.

¿Será que todos estamos pensando en el mismo quinto?

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