Mi grupo de
amigos es malo. De todos los grupos de mejores amigos que existen en el mundo, el
mío es el peor. Somos los peores mejores amigos del universo.
Todos los vicios
que he probado y todos los malos sitios que he visitado los he conocido por culpa
de mis amigos. Nunca nada provechoso salió de nuestros encuentros y estoy
seguro de que todos somos peores personas de lo que pudimos haber sido, gracias a nuestra amistad.
¿Han visto cuando
dos amigos se ponen espalda con espalda y se enfrentan a puños contra los
malhechores del barrio aledaño, y permanecen juntos aunque los revienten a
golpes? Nosotros nunca hicimos eso. Por el contrario, levantábamos las manos en
señal de rendición y dábamos dos pasos hacia atrás, cuando alguno más nos
necesitaba. Somos cobardes en la batalla, pero nos quedamos para hacer mofa de
los golpes que recibió el valiente y burlarnos de él, por bruto, porque quién
lo manda ir a pelear solo.
No me tomen a
mal. Ninguno es un delincuente o un drogadicto, y nunca se obligó a nadie a
hacer algo en contra de su voluntad, pero como grupo somos culpables de
tragedias amorosas, odios, negocios que nunca se concretaron y peleas
familiares con heridas duraderas. Y no nos importa en lo más mínimo.
Somos los peores
amigos porque nunca estamos cuando más nos necesitamos. Pasamos años sin vernos
y meses sin hablarnos. Muchos se ennovian, se enamoran y terminan sus
relaciones, sin que nos enteremos. Muchas veces, cuando alguno sintió que
estaba comenzando una relación promisoria, tardó varios meses en encontrar el
valor de presentarle su novia al resto del grupo. No por vergüenza, sino por
miedo a la burla.
Porque es la
burla, por encima de cualquier otra cosa, el ingrediente que alimenta nuestra inútil
amistad. Nos burlamos del gordo, por gordo. Del calvo, por calvo. De nuestras
deformidades, nuestras imperfecciones y nuestros traumas. Si descubrimos algún
defecto en alguno, lo explotamos hasta el hastío.
Los chistes
viejos, que bien podrían ser recuerdos evocados con alegría, son en realidad vergüenzas
que recordamos incisivamente, para reírnos a nuestras anchas de nuestras
desventuras, imprudentemente, en cenas familiares o fiestas con personas
desconocidas.
No nos reímos
juntos, sino de alguno. A veces del enano, por enano. O del de barriga arrugada,
por deforme.
Nos hacemos mala
fama, unos a otros, con comentarios alusivos a cirugías de cambio de sexo o
relaciones homosexuales, en las fotos de facebook de los álbumes con los
compañeros de oficina, con preguntas como “¿Probó varón?” o “¿Se puso vagina?”.
En numerosas
ocasiones hemos escuchado frases llenas de arrepentimiento, como “Por culpa de ustedes
mi relación con Juliana se acabó”, “Mi mamá no los quiere volver a ver” o “Nunca
debí haberles presentado a mi socio”, que tomamos como nuevos chistes, que
perdurarán en el tiempo y se volverán burlas sempiternas.
Recientemente, un
amigo del grupo se volvió cristiano. Como parte de su nueva vida, busca alejarse
de las influencias que lo induzcan al pecado y de los comportamientos que lo distancien
de los designios del evangelio. Hace seis meses no sabemos nada de él… pero ya
volverá.
Podría terminar
diciendo que a pesar de nuestros defectos somos un grupo que no cambiaríamos
por nada, pero varias veces nos hemos abandonado, optando por otros grupos de
amigos que terminamos contaminando, para luego volver a la canasta de manzanas
podridas. O podría decir que a pesar de nuestra amistad enfermiza nos queremos,
pero eso tampoco sería cierto. Ni siquiera borrachos nos hemos dicho que nos
queremos y mucho menos nos lo hemos demostrado.
Bien podría hacer algo al respecto. Sentar un precedente, invitarlos a cambiar, ser mejores
amigos, instarlos a ayudarnos en vez de burlarnos de nuestros defectos, pero sé
perfectamente cuál sería su respuesta: “¡Ay! ¿Qué le pasó al niño que está
delicado? ¿Comió varón o se puso vagina?”.
3 comments:
Faltaron frases celebres en momentos que se necesitaba apoyo como:
AyYyyyyyy Que chichí que popó !, que la amo pero soy su mejor amigo.
Que bajen la ventana que me mareo!
o es que comió Barón?
Que buena realidad.
varón.....
Bueno realmente creo que no somos tan malos, tan solo somos lo que creimos que seria mejor. En defensa y tomando me apecho el articulo tengo mas recuerdos buenos que malos, o desde otro punto de vista, tengo mas recuerdos constructivos que destructivos. En gran medida no nos perdimos en las sendas de la vida porque entre chistes y mal entendidos siempre estuvieron ahi, los amigos del grupo, para dar una palabra que evito dañar el camino. Entre mome tos de alegria y tristezas, rumbas y salidas algo me quedo claro y es que lo quiera o no, de cada uno aprendi algo bueno yn me quede con lo malo si lo huvo. Un Pabon que da todo por su familia, asi quiero ser, un Mendez siempre positivo, asi me levanto todos los dias, un Trivi que no es rencoroso y siempre sabe tratar bien a los demas, un Monti perseverante y con metas claras, un Kkalegre como ninguno, seguro como pocos y de quien aprendi que en gran medida el caracter define tu capacidad de enfrentar al mundo. De todo aprendi, aprendo, comparto y reparto....y no comi baron, no me perdi, solo que asi como me han enseñado cosas les quiero ahora de devolver el favor...nunca me fui.962
Post a Comment